0
Share

Cuando se viaja a tierras gallegas siempre se tiene ese deseo de aprender sobre la cultura, y de ver cómo era la vida hace muchos años, apreciando la tradicionalidad de Galicia. En este sentido, el pueblo pesquero de Combarro es el ejemplo perfecto para observar arquitectura clásica y sencilla, junto a un estilo de vida con menos preocupaciones.

Combarro, un pueblo encantador

Si bien no es un lugar excesivamente pequeño, si es un pueblo pintoresco, donde la mayoría de sus casas son blancas con tejados anaranjados o rojizos .Esta es una combinación que le otorga cierto encanto marítimo. Con la suave brisa del océano atlántico rondando por sus calles, es un lugar perfecto para realizar caminatas relajantes.

Paisaje De Combarro
Combarro (Pontevedra)

Con estructuras muy antiguas, caminar a través de sus pequeñas calles es de por sí una aventura en el tiempo, ya que al hacerlo se pueden revivir en la imaginación tiempos que difícilmente volverán. Por ello, se puede tener una mejor idea de cómo era la vida hace muchos años.

Las calles aquí son de piedra y cuentan con un increíble encanto que ya no se encuentra en muchas partes del mundo, sobre todo combinando esa sensación de estar tan cerca del mar mientras se camina a través de un verdadero trozo de historia humana.

Festa do Mar

Siendo una tradición nueva, la cual fue creada para atraer una mayor cantidad de visitantes al pueblo, la Festa do Mar se lleva a cabo desde hace aproximadamente una década, y presenta una diversificación perfecta para que el pueblo no dependa de manera exclusiva del turismo básico, (paisaje y encanto cultural). Así, puede aprovechar los escenarios de la ciudad.

Dichos lugares se llenan una vez al año con música en vivo completamente gratuita, ofreciendo conciertos que animan la celebración, mientras se realiza un despliegue de gastronomía típica local, y se realizan actividades para niños y adultos. La festividad es merecedora de visitas.

Historia en todas las calles de Combarro

Existen elementos arquitectónicos históricos que muy poco se ven en otros sitios, como lo son los hórreos y cruceiros, los cuales abundan en esta pequeña localidad, ya que gracias a su edad y su estética son aprovechados como lugares de interés para impulsar el turismo. 

Casas En El Pueblo De Combarro
Hórreos de Combarro

Para quien desconozca del tema, los cruceiros son monumentos religiosos centrales que consisten en un pilar de piedra que sostiene una elaborada cruz en su tope, los cuales ofrecen diseños similares, pero al mismo tiempo, únicos. Estos se erigían para otorgar la protección de Dios sobre una zona específica, por lo que tener uno frente a la casa era increíble.

En cuanto a los hórreos, funcionaban como especie de granero pero con un menor tamaño. Aquí se almacenaban las provisiones recolectadas por los habitantes del pueblo, desde vegetales hasta animales. Estos se empleaban para mantener los alimentos relativamente frescos, y alejados de amenazas externas.

De estos dos existen muchos en Combarro, de hecho, existen más de 30 hórreos en pie en dicho pueblo. Por ello, se puede tener una idea de lo importantes que estos eran para la comunidad en general. Mientras que los cruceiros abundan, y es difícil no caminar sin toparte con varios de estos en el camino.

Ubicación del pueblo

Si bien es uno de los pueblos más pintorescos de toda Galicia, pocas personas saben cómo llegar a él, pero en realidad esto es muy sencillo. Está muy cerca de Pontevedra, de hecho, solo 7 kilómetros separan ambos poblados. Mientras que, si se estás en Santiago de Compostela, solo te llevará una hora hacer la travesía.

Si te encuentras en Vigo, también resulta muy simple hacer el viaje, ya que solo serán 30 minutos de recorrido para poder visitar Combarro. Lo excelente de su ubicación frente al océano atlántico es la variedad de peces que hay, por lo que es posible degustar excelentes platos típicos.

¿Vale la pena?

Claro que sí, observar este pueblo es un absoluto placer, sobre todo para una pequeña salida que permita conocer más de la España histórica y profunda. Observar cómo eran las casas anteriormente, y ver un estilo de vida mucho más sencillo que el moderno será tu única preocupación.

Lo bueno de visitarlo es que no es un pueblo fantasma, sino que posee una afluencia de público moderada, por lo que las calles nunca están vacías, y siempre se encuentran llenas de vida y ambiente. Lo mejor del viaje es conocer un lugar que, para muchos, puede que ni siquiera exista en el mapa, dada su simple naturaleza.

Sin embargo, algo que se debe tener en cuenta es que sus playas no son necesariamente aptas para bañarse. Si bien están limpias, no son de arena enteramente como lo que se pensaría. En ellas existen rocas y algas marinas que forman parte del paisaje, por lo que son lugares perfectos para tomar una foto, pero no para darse un baño.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.