Belleza infinita e imponente realeza, son las descripciones que mejor enmarcan el hermoso Palacio de Aranjuez. Se encuentra rodeado de opulentos jardines, y ha estado vinculado de forma perenne a la realeza española durante siglos. Y por mucho que se piense en saber del mismo, existen ciertos puntos que no son tan conocidos.
El momento de su creación
Este fue diseñado por Juan Bautista de Toledo, bajo la orden real de Felipe II. El arquitecto diseñó una obra increíble, pero no viviría para verla terminada. Durante su construcción falleció, y el trabajo fue asumido por el recordado Juan de Herrera. Sin embargo, ninguno de estos tres personajes se imaginó la complejidad del palacio resultante.
Esto fue básicamente porque su construcción total pasó durante diversos reinados. Si bien el Rey Felipe II pudo ver su visión terminada, fue Fernando IV quien tomó la decisión de ampliarlo bajo un proyecto de gran envergadura. Fue concluido por Carlos III añadiendo el Patio de Armas.
Sumado a este increíble palacio, existe una pequeña construcción en sus cercanías. Esta emula el estilo, y es llamada la Casa del Labrador. Forma parte del jardín del príncipe, que es una gran extensión de tierra desde la que se observan diversas plantas, fuentes y camineras.
Después de pasar por sus distintas etapas de construcción, en el año 2001 fue nombrado como Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad. Así se da a entender la magnificencia del mismo, el cual forma un paisaje por cuenta propia.
Jardines palaciegos del Palacio de Aranjuez
Verdaderamente dignos de un palacio de esta magnitud, los jardines que adornan todo el complejo permanecen un hermoso color verde casi todo el año. Excepto en invierno cuando se cubren con el hermoso blanco de la nieve, que le da un aspecto casi mágico.
Cabe destacar que el acceso a los jardines es completamente gratuito, por lo que el público en general que desee visitarlo puede hacerlo sin mayores complicaciones. Sin embargo, de acuerdo a las condiciones climáticas este puede estar cerrado por seguridad.
Los jardines que componen las áreas verdes de este hermoso complejo son el Jardín del Rey, el Jardín de la Reina, el Jardín del Parterre, el Jardín del Príncipe, y el Jardín de Las Islas. Además cuenta con la Fuente de Hércules y Anteo, más la Fuente de Venus. Estos son los elementos externos más notorios que adornan el hermoso palacio.
Cómo visitarlo
Esto es en realidad muy simple, todo el complejo puede ser visitado en la mayoría del año, de hecho, todas las semanas, de lunes a domingo, el palacio se abre al público. Es necesario comprar entradas para poder tener acceso. La compra puede hacerse en persona al momento de la llegada, o en línea para evitar hacer fila.
Se mantiene abierto en horario de 10 a 18 horas en los meses de octubre a marzo, y de 10 a 20 horas en los meses de abril a septiembre. La compra de las entradas se puede hacer en la página de Patrimonio Nacional, ya que es este departamento el que se encuentra a cargo de la administración del lugar, para mantenerlo en óptimas condiciones.
Una vez en el interior del palacio, es muy fácil dejarse maravillar por su esplendor. Cuenta con diversas salas que están a completa disposición del público, para deslumbrar a los visitantes con el colorido interno, así como con el despliegue de objetos y decoraciones clásicas.
La sala de espejos y el Gabinete de Porcelana son de los más populares en todo el recorrido por el complejo real. También se puede acceder a la Sala China, y al Museo de la Historia del Traje de Corte. Aquí se puede apreciar las vestimentas reales que han sido portadas por muchas familias reales durante el tiempo en diversos eventos.
Otros palacios que podemos visitar
Cerca del Palacio Real, se encuentran tanto el Palacio de Godoy como el Palacio de Osuna, los cuales forman actualmente parte de una universidad. El Palacio de Godoy quedó en relativas ruinas luego del motín de la ciudad en el año 1808.
Sin embargo, su arquitectura sigue siendo merecedora de amplias visitas, por lo que se recomienda dar un paseo por la universidad. Además de estos dos, también se encuentra el Palacio de Silvela, el cual se encuentra anexado a la propiedad como una extensión de la misma hacia el este.
Los alrededores del Palacio de Aranjuez
Cuando se sale del complejo, se puede apreciar una ciudad de mucho movimiento, donde el comercio no se hace extrañar. Además, existen diversos restaurantes para poder comer algo luego de la visita. Estos pueden ser de comida rápida o tradicional, pero sin importar cuál se elija, la comida que se puede degustar, es simplemente deliciosa.
Además, tiene diversos hoteles en las cercanías, por lo que se vuelve un placer visitar esta zona, y despertar en lo alto de un edificio con vista al palacio.