La Torre de la Calahorra, situada en el extremo sur del Puente Romano, es una fortaleza de origen islámico que ha vivido el paso de musulmanes y cristianos por la historia de la ciudad de Córdoba. Fue declarada Monumento Histórico Artístico en el año 1931.
Esta construcción, obra de los musulmanes en el siglo XII, está ubicada en el exterior de las murallas de la ciudad. Originalmente contaba con dos torres y su finalidad era exclusivamente defensiva.
En el siglo XIV, ya llegados los cristianos a Córdoba, el rey Enrique de Trastámara reparó la fortaleza y levantó una tercera torre junto con otras cilíndricas angulares hasta adquirir la fisonomía de castillo con foso al que se accedía desde un puente levadizo. Su estructura se acabó convirtiendo en una planta de cruz de tres brazos.
Desde el siglo XV, la fortaleza cuenta con troneras de orbe y cruz y orificios donde encajaba la artillería para así poder disparar a quienes intentaban invadir el recinto.
Este monumento mantuvo su función meramente defensiva hasta el siglo XVIII, momento en que pasó a ser utilizado como cárcel. Los prisioneros de la Torre de la Calahorra fueron mayoritariamente moriscos de Granada y soldados extranjeros.
Museo Vivo de al-Ándalus
Además, este monumento ha ido ejerciendo otros papeles como el de escuela para niñas o el de cuartel de la Guardia Civil. Actualmente, acoge al Museo Vivo de al-Ándalus con exposiciones sobre las tres culturas (musulmana, judía y cristiana) que han marcado la historia de Córdoba.
El pasado año 2007 se llevó a cabo una nueva restauración de la fortaleza como parte del “Plan de actuaciones en el Puente Romano de Córdoba y entornos” de la Junta de Andalucía.
En el siglo XIV, ya llegados los cristianos a Córdoba, el rey Enrique de Trastámara reparó la fortaleza y levantó una tercera torre junto con otras cilíndricas angulares hasta adquirir la fisonomía de castillo con foso al que se accedía desde un puente levadizo. Su estructura se acabó convirtiendo en una planta de cruz de tres brazos.
Desde el siglo XV, la fortaleza cuenta con troneras de orbe y cruz y orificios donde encajaba la artillería. Una forma de disparar a quienes intentaban invadir el recinto.
Este monumento mantuvo su función meramente defensiva hasta el siglo XVIII, momento en que pasó a ser utilizado como cárcel. Los prisioneros de la Torre de la Calahorra fueron mayoritariamente moriscos de Granada y soldados extranjeros.
Además, este monumento ha ido ejerciendo otros papeles como el de escuela para niñas o el de cuartel de la Guardia Civil. Actualmente, acoge al Museo Vivo de al-Ándalus con exposiciones sobre las tres culturas (musulmana, judía y cristiana) que han marcado la historia de Córdoba.
El pasado año 2007 se llevó a cabo una nueva restauración de la fortaleza como parte del “Plan de actuaciones en el Puente Romano de Córdoba y entornos” de la Junta de Andalucía.