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La Sinagoga de Córdoba es uno de los monumentos más impresionantes de la ciudad. Su belleza arquitectónica e historia hacen de ella uno de los puntos más importantes y atractivos de la urbe.

Esta construcción, una de las sinagogas mejor conservadas a nivel nacional, está situada en el barrio de la Judería. Su origen se remonta a los años 1314 y 1315, concebida como un templo al servicio de los fieles.

Asimismo, en sus primeros años la  Sinagoga también ejercía la función de escuela, donde se estudiaba la Biblia. En este sentido, los sabios y los rabinos eran los encargados de impartir sus conocimientos.

Esta obra arquitectónica debe parte de su importancia a la gran cantidad de transiciones que ha experimentado. Tras la expulsión de los judíos, sus instalaciones pasaron a ser utilizadas a modo de hospital. Posteriormente, se utilizó como ermita, donde el gremio de zapateros de la ciudad ubicó su cofradía. Por último, sirvió de recinto para una escuela de párvulos hasta el año 1884.

Sinagoga de Córdoba un Monumento Nacional

Tan sólo un año después, en 1885, la Sinagoga de Córdoba fue declarada Monumento Nacional. En aquella época, el edificio pertenecía a la Iglesia, siendo cedido al Estado por el Obispo. No obstante, no fue hasta 1981 cuando Don Manuel Nieto Cumplido, actual archivero de la Mezquita de Córdoba y entonces Delegado Provincial de Cultura, la inscribió como propiedad del Estado.

Actualmente, este monumento es uno de los más visitados por los turistas. Es un claro ejemplo, junto a otros edificios como la Mezquita o el Alcázar de los Reyes Cristianos, de la diversidad de culturas que han marcado la historia de Córdoba.

Pese a que ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo de su existencia, conserva en gran medida su estado original. Se convierte así,  en uno de los tesoros mejor conservados de Andalucía debido a su riqueza artística, histórica, social y política.

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