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La famosa Calle Corrientes comienza en el barrio de Puerto Madero y se extiende hasta Chacarita. Una gran avenida que cruza otros barrios porteños como Balvanera, Almagro y Villa Crespo, todos muy característicos por su especial estilo tanguero y su historia cultural. 

Calle Corrientes

Su nombre se debe a la primera ciudad del país ubicada en su interior que apoyó la independencia nacional. A partir del mes de abril del año 2019 se empezó a hacer peatonal desde Callao hasta Libertad, en horario nocturno, para que las personas que la visiten, puedan pasear por ella de forma tranquila, sin preocuparse por el tránsito.

Calle Corrientes, la calle que nunca duerme

Más conocida como “La calle que nunca duerme”, tomó este apodo ya que, bordeando el Obelisco, específicamente entre las calles Esmeralda y Callao, cuenta con infinidad de locales para comer, teatros y bares. La zona fue testigo de la época gloriosa del tango. De hecho, en sus bares y teatros se presentaron y también reunieron reconocidas figuras del ambiente musical de principios y mediados del siglo XX. En el año 2006 empezaron a mejorar el estilo urbano y extendieron sus veredas a lo ancho.

La calle Corrientes es la famosa bohemia de la década de 1940. El tango, la voz de Gardel y el disfrute de la noche se apoderaban de ella. Décadas después, entre los 60 y los 70, la zona era el punto de encuentro para hablar de política, de literatura o de cultura. También era la zona de librerías que se mantienen abiertas hasta la noche, de los cines de arte, de las pizzerías donde disfrutar en compañía hasta la madrugada. Llegada la década de 1990, la del arte contemporáneo, la de los puestos de diarios que vendían diversidad de revistas referidas a la cultura. Y sin lugar a dudas, la Corrientes de los grandes teatros de imponentes marquesinas.

La preciosa avenida ya es parte de la historia de Buenos Aires, del arte porteño. Con comedias, dramas, unipersonales y enormes elencos teatrales, impresionantes espectáculos que dejan boquiabierto a muchos. Una variedad de alternativas culturales para todos los gustos.

Deliciosa y tradicional pizza porteña

Algo muy particular que tiene la calle Corrientes son sus pizzerías, la deliciosa y tradicional pizza porteña. Fue importada de los genoveses y durante varias décadas se respetó su receta original pero luego, con el paso de los años, se le puso ese toque argentino tan especial. Con mucha mozzarella que sobrepase la superficie y la misma abundancia en los otros ingredientes: jamón, tomate, morrón, calabresa… De solo mencionarlo se hace agua la boca. Nada mejor que una buena salida con amigos y a disfrutar de una rica pizza.

La noche de las librerías

Otra cosa muy interesante que tiene «La calle que nunca duerme» son las llamadas “noche de las librerías”. En ciertas fechas, las librerías se mantienen abiertas hasta altas horas de la noche, brindan ofertas especiales y también charlas de distintos escritores muy reconocidos. Se trata de eventos de gran concurrencia, la noche se llena de visitantes, de lectores muy entusiasmados en busca de sus libros.

No podemos irnos de la calle Corrientes sin visitar las estatuas de figuras emblemáticas argentinas como lo son la de Javier Portales y Alberto Olmedo, Sandro, Tato Bores y Juan Carlos Calabró. Un homenaje que realmente vale la pena visitar para tomarse una fotografía con ellos.

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